Un mayor nivel educativo no reduce el deterioro cognitivo en el envejecimiento, según un estudio publicado en Nature Medicine
Un mayor nivel educativo no reduce el deterioro cognitivo en el envejecimiento, según un estudio publicado en Nature Medicine

El Institut Guttmann y la Universidad de Barcelona participan en una de las investigaciones más amplias realizadas hasta la fecha sobre envejecimiento cerebral y educación. Los resultados cuestionan la creencia de que más años de estudio protegen el cerebro del deterioro cognitivo.
Un estudio internacional liderado por la Universidad de Oslo y publicado en la revista Nature Medicine concluye que tener un mayor nivel educativo no ralentiza el deterioro cognitivo asociado a la edad. Aunque una educación formal más extensa se asocia con un mejor rendimiento cognitivo al inicio de la vida adulta, el ritmo de deterioro es similar entre personas con distintos niveles educativos.
El Institut Guttmann y la Universidad de Barcelona han sido los dos únicos centros del Estado español que han participado en este macroestudio, que ha analizado datos longitudinales de más de 170.000 personas de 33 países. Se trata de una de las investigaciones más sólidas y generalizables realizadas hasta ahora en este ámbito, en el marco del consorcio europeo Lifebrain.
“Tener un nivel educativo más alto te sitúa en una posición ventajosa al inicio de la carrera, pero una vez empieza, te enfrentas a los mismos obstáculos que los demás”, explica David Bartrés-Faz, investigador principal de la Barcelona Brain Health Initiative (BBHI) del Institut Guttmann y catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
El estudio ha procesado más de 420.000 exploraciones neuropsicológicas y pruebas de imagen cerebral, como resonancias magnéticas, provenientes de 27 cohortes internacionales con un seguimiento de hasta 28 años. La cohorte de la BBHI ha aportado 966 participantes al estudio, que realizaron pruebas de memoria, razonamiento, velocidad de procesamiento y lenguaje, entre otras.
“Los cerebros cambian de forma muy similar en la mediana edad y la vejez, independientemente del nivel educativo. La educación proporciona ventajas cognitivas iniciales, pero no modifica el ritmo de deterioro”, señala Gabriele Cattaneo, doctor en Biomedicina e investigador de la BBHI.
Los resultados del estudio abren la puerta a un nuevo enfoque en las políticas públicas y estrategias de promoción de la salud cerebral.
“La educación es importante, pero no suficiente. Se requiere una visión más amplia e integradora que promueva hábitos como la actividad física, la estimulación cognitiva continua, las relaciones sociales y la prevención de factores de riesgo vascular”, destaca Javier Solana, director de Investigación del Institut Guttmann.
Lee el artículo a Nature Medicine aquí.
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RAC1 (minuto 27'13")