Con agradecimiento sincero hacia el Institut Guttmann, por toda su labor en una ya dilatada historia, por sus esperanzas no decepcionadas, por las desesperanzas recuperadas.
En mi visita, hoy 7 de abril, día internacional de la salud, dedicado a la epidemia de la modernidad que es la sineiestralidad vial. 
Visitadas las magníficas instalaciones, me reafirmo en mi convencimiento de que los coches son un símbolo de libertad y bienestar, pero que su mal uso los convierte en un peligro. El algo tributo en forma de vidas humanas que se cobra anualmente el asfalto es altísimo, pero todavía lo es más cuando constactas les medias vidas que se quedan en la carretera, las medias vidas del accidentado y de sus familias. Por ello es tan importante la existencia de este Instituto que consigue dar luz al horizonte, dar vida a la media vida, volver a hacerla plena.
Con admiración,