Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility Un ensayo del Institut Guttmann que combina estimulación transcutánea a nivel cervical con exoesqueleto, mejora la funcionalidad de la extremidad superior | Institut Guttmann

Un ensayo del Institut Guttmann que combina estimulación transcutánea a nivel cervical con exoesqueleto, mejora la funcionalidad de la extremidad superior

Un ensayo del Institut Guttmann que combina estimulación transcutánea a nivel cervical con exoesqueleto, mejora la funcionalidad de la extremidad superior

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Aproximadamente un 50% de las personas con una lesión medular la tienen a nivel cervical. Si esta lesión afecta a la funcionalidad de los brazos, limita de forma muy severa la ejecución de las actividades de la vida diaria del paciente, y por tanto su calidad de vida. Esto hace que la rehabilitación del brazo y la mano sea una prioridad para las personas con una tetraplejía. Con este objetivo, el Institut Guttmann ha llevado a cabo un ensayo clínico que demuestra que la rehabilitación mediante estimulación transcutánea (tSCS) combinada con un exoesqueleto obtiene mejores resultados que la rehabilitación únicamente con el exoesqueleto. Los resultados se han publicado en la revista Biomedicines.

"No había trabajos que estudiaran la combinación de las dos técnicas en pacientes con lesión a nivel cervical", explica Loreto García Alen, terapeuta ocupacional e investigadora predoctoral del Institut Guttmann y primera autora del artículo. “Los que estaban eran con muestras muy pequeñas, de un máximo de 6 pacientes, sin grupo control o con lesiones de más de un año. Esto hace que nuestro ensayo sea el mayor de estas características y con un grupo control”, continúa.

El estudio incluyó a 21 personas mayores de edad con una lesión estable a nivel cervical de entre 3 y 12 meses. Se distribuyeron en dos grupos similares en edad, género, nivel neurológico, severidad de la lesión y capacidad motora de la extremidad superior. 15 personas participaron en el grupo de intervención y 14 en el grupo control, ya que 8 de los pacientes fueron incluidos en ambos grupos. Todos realizaron 8 sesiones de rehabilitación –4 por semana– que en el grupo control consistían en el trabajo únicamente con el exoesqueleto, y en el grupo de intervención en una combinación de exoesqueleto y tSCS aplicada simultáneamente entre la C3-C4 y la C6-C7. “Nuestra hipótesis era que la combinación de tSCS y rehabilitación basada en actividad obtendría mayores mejoras funcionales, ya que ayudaría a mejorar la neuroplasticidad”, expone la Dra. Hatice Kumru, neuróloga del Institut Guttmann.

Todos los participantes fueron evaluados al inicio del ensayo, después de la última sesión y 2 semanas después de la finalización. Los resultados demuestran que ambos grupos presentaron una mejora en la movilidad y funcionalidad de las extremidades superiores, pero que la mejora fue significativamente superior en el grupo de intervención para las medidas de fuerza y fuerza de pinza. “El hecho de que no hiciera más de un año de la lesión podría explicar los buenos resultados en ambos grupos –razona el dr. Joan Vidal, director Docente del Institut Guttmann y último autor del artículo–. Pero las diferencias en el grupo de intervención demuestran las ventajas potenciales de la combinación de ambas técnicas para optimizar los resultados de la rehabilitación de las extremidades superiores”, concluye.